El arte es un acto de expresión estética que pone en evidencia la coherencia interna y la armonía subyacente de lo expresado. La obra de arte es una declaración de intenciones, donde el artista intuye y representa una realidad de sensaciones o emociones, en la producción de una imagen.
Toda manifestación escultórica es una expresión artística de encarnar aquello que pensamos a través de la reflexión, de las formas y materiales; lenguajes y soluciones para alcanzar una experiencia artística de inclinación corpórea en un proceso de ejecución particular, que van a conformar la lingüística de las formas y su quimérica potestad de evocación.
Mis obras contienen su presencia física a partir de un repertorio de recursos estructurales particularmente reducidos y esquemáticos. Estas obras se caracterizan por el purismo de la forma; inmaculadamente pulidas, grises, blancas, con acabados de apariencia industrial pero que producen una sensación diáfana, de luminosidad interior, que en su reducción formal podrían pasar por ser hormas arquitectónicas, geometrías primarias de contornos limpios y superficies afinadas despojadas de elementos ornamentales que insinúan una desnudez.
Estas obras contienen su presencia física a partir de relaciones escultóricas, en un repertorio de recursos estructurales reducidos y esquemáticos.
Un lenguaje que se apoya en la simplificación de los elementos utilizados. Siendo estos una declaración de sencillez elemental.
La intención es generar sentido a partir de lo mínimo, simplificando los elementos utilizados, apelando a un lenguaje sencillo, de líneas y curvas.
Campos flotantes de colores translúcidos, atmosferas luminosas donde surgen sutiles superficies cromáticas, que se entremezclan creando variaciones tonales y reflejos de luz.
Colores que flotan suspendidos en el soporte, en una búsqueda interior de la propia pintura, asimilando referencias imaginarias del paisaje y de la naturaleza abstracta.
Introspección en el color invocado por sus transparencias, yuxtaposiciones diluidas que nos surgieren delicados destellos tonales.
Conciencia y reflexión, estimulando la contemplación de la pintura.
Un proceso creativo es una síntesis, a priori estética, donde el artista intenta confirmar la intención de incorporar al arte un modo de proceder concreto. Un lugar propicio donde la obra creada permanezca en el tiempo y en la memoria de las personas, en el que el orden y la belleza estén dispuestos a seguir inspirando la creación de nuevos objetos y el deseo de poder contemplar el paso del tiempo.